Otoño sobre mi piel, suave otoño teñido de un rojo intenso que como una capa inmensa lo cubre todo, sinestesia colorística que inunda mis sentidos, como expresar todo lo que siento!. Piel vestida de un rojo elegante que me hace sentir pasión y añoranza por un verano cálido que ya no volverá.
Humeante café que envuelve de un aroma intenso la habitación, doy un sorbo y contempló a través de mi ventana intensas coreografías de las hojas de los árboles movidas por el viento, espirales perfectas, paso a dos en perfecta sintonía para finalizar en unos portes suaves pero poderosos, quién pudiera danzar al viento?, ¿Quién pudiera ser ellas y vagar en la inercia del movimiento?.
Corro a la calle y en el medio del parque me sumerjo en un espiral vegetal comenzando a girar, cierro mis ojos transportándome a un lugar imaginario donde solo estoy yo, espiral de hojas rojas con las que danzo sumido en un sonambulismo eterno donde solo quiero volar, donde solo quiero sentirme libre.
Paraíso del otro mundo donde cruzó para poder ser yo mismo, corro y salto por mi mar de nubes blancas, hoy teñidas de un rojo intenso, giro y giro hasta caer exhausto sobre el suelo rojo, tumbado miro el cielo protector y juro no volver a sentirme preso, atado a nadie, a nada, solo yo. Lobo errante que vaga solo, sólo él y su destino.
Sentir, solo sentir, alimento para mí alma, para mí mente, otoño renovador que hoy calas en mi hasta los huesos, como olvidarme de ti, de mi, hoy navego por tu cauce poderoso, indómito y libre sintiéndome más fuerte, más salvaje, animal en libertad que solo quiere ser libre, fiel a su sentir, a sus pensamientos, siempre libre, libre al fin, otoño envuélveme en tus alas rojas y llévame lejos, siempre en tí.
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