El nacimiento de un monstruo

Soledad inmensa en mi cuerpo, en mi alma. Si tuviera alguien con quien poder compartir!. Si pudiera evadirme de este cuerpo que me atrapa, que me mantiene preso en este tornado de emociones que no me deja pensar. Giro y giro en este espiral tormentosos de penas y llantos, inercia mortal que me arrastra más y más, cada vez más lejos de mí.

Tumbado en mi cama pienso en la creación de un monstruo, mi monstruo. Ser creado de mis emociones, de mis vivencias, de mis anhelos. Gigante de manos grandes y pies monstruosos, cabeza grande y un solo ojo. Cíclope sensible y libre que siempre vagará en mi mundo interior. Caminante errante de playas eternas, guardián de mis sueños, de mis deseos. Buscador de sentimientos y de pasiones salvajes. Si acaso pudiera ser valiente y poder sentir como el!. Si ser libre fuera una opción en la que poder sumergirme y nadar entre sentimientos puros. Si todo fuera verdad. 

Huellas, sigo sus huellas por los arenales del Urdaibai, en la lejanía encima de una roca lo contempló. Contemplador contemplado. El mira el mar que le vio nacer y ensimismado en la belleza llora su soledad, su destierro en esa tierra sagrada en la que siempre habitará. Si tan solo tuviera un compañero, otro caminante, otro guardián con quién compartir sus sentimientos, sus quebrantos. 

Mar de mis entrañas que bañas mi cuerpo, escúchame y dame un compañero. Líbrame de esta tortura que poco a poco me está matando. Una mano cálida a la que poder agarrarme, una caricia, una mirada y que todo se evapore excepto él y yo. Dos cuerpos, un solo latir, un solo sentir. Amantes, amigos, todo junto y a la vez. Busco y busco, esperanzado en el destino, busco y busco mi otra mitad, mi otro sentir, mi otro latir. 

Vicino vacío vive la vida de su monstruo, vida opaca y sin luz, su propia vida, si pudiera ser feliz aunque fuera en la piel de su cíclope, si tan solo pudiera sentir y transformar su cuerpo muerto, vacío y olvidado de sentimientos en un jardín florido. Jardín de rosas color esperanza, de rosas rojas de pasión que alimentarán su corazón. Jardín floral vestido de emociones y sentimientos, colores y aromas incomparables, así será el corazón de su cíclope. 

Vicino contempla al monstruo, dormido sobre la arena, tranquilo soñando, sumido en la búsqueda, emocionado se tumba junto a él y pegados apoya su mano sobre el pecho del monstruo. Un suspiro y la mano de Vicino es agarrada por el monstruo apretándola contra su corazón perdiéndose en la inmensidad de su palma y sus dedos. Juntos creador y bestia descansan en una misma realidad. Juntos para siempre, adiós a la soledad. Ahora siempre caminaremos juntos. Juntos para siempre.